Metafísica

miércoles, 22 de octubre de 2014

LA EXISTENCIA AUTÉNTICA

    ¿Que es el hombre? Concretando la pregunta ¿Qué es el ser? La filosofía perenne afirma que todos los entes (cosas) tienen ser. Pero qué es el ser en sí mismo puesto que todos tenemos ser y que a la vez, no se limita en un solo ente. Muchos han aportado algo sobre el ser, pero sólo en el plano óntico y el ser sólo puede ser tratado desde la perspectiva de la ontología, según M. Heidegger.

La obra Ser y Tiempo –de M. Heidegger- es una concreta elaboración del problema del sentido del ser, sin embargo esta elaboración no es más que hacerse transparente de un ente y poner al que busca en su ser, cara a cara consigo mismo. El ser ha sido olvidado y es necesario volver preguntarnos, ¿Qué es el ser? Esta obra consiste en una analítica existencial, sobre el hombre que se interroga por el sentido del ser; este análisis comienza desde la posición actual del Dasein (el hombre) que se encuentra en el mundo. Heidegger parte –como muchos filósofos- desde la experiencia, para encontrar el sentido del ser, desarrollando así los tres existenciales: Estar-en-el-mundo, Estar-con-los-otros y Ser-para-la-muerte.  
«El análisis del ser tomó como hilo conductor lo que anticipadamente fue definido como la esencia del Dasein, la existencia. Formalmente, este término quiere decir lo siguiente: el Dasein es en cuanto poder-ser comprensor al que en tal ser le va este ser como lo suyo propio. El ente que es de esta manera lo soy cada vez yo mismo. La elaboración del fenómeno del cuidado proporcionó una mirada al interior de la constitución concreta de la existencia, esto es, a su cooriginaria conexión con la facticidad y la caída del Dasein.»
  (MARTÍN HEIDEGGER. Ser y Tiempo, 2 sección, n. 45. )

La existencia –como modo de ser del hombre- es, según Heidegger, poder ser; una forma de proyectarse ante uno mismo para ver en donde se encuentra o más bien la situación en que se encuentra. El-ser-en-el-mundo es el primer existencial y la estructura fundamental del Dasein, este Dasein es el que existe en el mundo preguntándose por el sentido del ser, el hombre. El mundo da certeza de la existencia del Dasein. Este mundo es un conjunto de objetos/entes que son utilizados por el Dasein para su proyecto. Por lo tanto no podemos hablar de un sujeto sin un mundo y a la vez no hay un yo aislado del mundo, sino que llevan un complemento uno con el otro. Esta relación es gracias a la aperturidad que tiene el Dasein. 

Esto nos lleva a afirmar que la existencia es constitutivamente apertura, es decir, los otros yo participan del mundo en el que yo vivo. En esencia, este estar-con-los-otros, es preocuparse por los otros que consiste buscar sustraer a los demás de sus preocupaciones y ayudarlos a conquistar la libertad de asumir sus preocupaciones. Sin embargo esta aperturidad del Dasein, termina siendo un problema para el sujeto. Puesto que está abierto a tender una relación con los otros, es decir, acomodarse a la cotidianidad de los otros, hacer lo que los otros hacen, seguir sus costumbres, de esta forma el Dasein –afirma Heidegger- se deja robar su ser. El Yo ya no actúa como un ser independiente, puesto que la cotidianidad es el resultado del ser con los otros, cae bajo el dominio de los otros.  De esta forma lleva una existencia inauténtica, porque cae bajo la formula que Kierkegaard habla; se dice, se hace, se lleva, etc., Este es el punto central de la pregunta por el sentido del ser.
  
  ¿Qué significa una existencia inauténtica? ¿Cómo llegar a la existencia auténtica? ¿Se puede llevar una existencia auténtica sin dejar de ser en el mundo? La existencia, según Heidegger, es el estar-ahí, existe y debe existir. Este estar-ahí hace ver que el hombre se encuentra siempre en una posición y enfrenta esta situación con su proyectar. Pero el hombre cae en esta existencia inauténtica cuando dirige sus preocupaciones respecto a los demás un el nivel óntico, arrojándolo al nivel de la facticidad (los hechos). La existencia inauténtica se caracteriza por la charlatanería o palabrería de la existencia anónima; que tiene como base la deyección del hombre al nivel de las cosas del mundo. Esta existencia busca llenar al hombre recurriendo siempre a lo nuevo, la curiosidad; es la preocupación por lo nuevo en cuanto nuevo, en otras palabras, el estar al día de lo que pasa en el mundo, al final termina ahogando al Dasein. El ser decaído va perdiendo poco a poco  su personal propiedad y así sucesivamente se mueve en el mundo de la cotidianidad manejado por el se dice, se hace. 

 ¿Cuál es el medio para evitar esta existencia? El Dasein lleva una vida inauténtica y para salir de ello hay que escuchar  la voz de la conciencia. Quien viene reclamando la verdadera existencia, sacándolo del plano óntico para trascenderlo al plano ontológico. La conciencia permite al sujeto ver que es un ser finito, que se encamina lentamente a la muerte. Al ser liberado de la inautenticidad debe tener cuidado, pero ¿cuidado de qué? De no dejarse robar se ser por los otros que convive con él en el mismo mundo.  Ahora bien la existencia auténtica es la conciencia que el Dasein es un ser-para-la-muerte y en esencia este es angustia. La angustia se presenta como la cura dentro del análisis existencial; no es lo mismo angustia y miedo, puesto que el miedo es huir de la propia existencia, dar la espalda al ser. La angustia hace posible al miedo ya que esto le hace ver que esta caído en el mundo. Empero, la angustia le teme a lo amenazante que no está en ninguna parte, no sabe pero está ahí y en ninguna parte, la muerte. En otras palabras, la angustia de la angustia es estar en el mundo puesto que ahí se da el encuentro con algo que es y no es nada. El estar-en-el-mundo es la condición para poder ser (la existencia), y es la que adquiere distintas modalidades y formas para referirnos a la facticidad (estar-ya-en-el- mundo) y la caída (estar-en-medio-del-mundo), la cual posibilita la existencialidad (anticiparse-a-si). 

      Por lo tanto, la existencia auténtica de la que Heidegger habla es el estar vuelto a la muerte. Ya que la angustia es la forma de penetrar el sentido ontológico de la muerte. Lo auténtico del Dasein es anticiparse, proyectarse su futuro inevitable. Sin embargo, el mundo que está a su disposición le permite organizar proyectos para más adelante y cuando toma conciencia que lo inevitable (la muerte) se hace posible antes que sus proyectos, vive una existencia auténtica. El vivir para la muerte constituye el sentido auténtico de la existencia, es decir, experimentar la posibilidad de la nada que es fundamentalmente la angustia; que le revela al hombre la presencia de la nada, en palabras de Heidegger «la posible imposibilidad de su existencia».
Nicolás Abraham Pablo Ajchomajay

1 comentario:

  1. Buena visión de conjunto del Dasein y formidable desarrollo puntual del tema electo. Faltó un poco de ejemplificación.

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