Todos queremos tener una vida grata, o como comúnmente le llamamos una vida feliz, y para conseguirla nos debemos de esforzar para obtenerla, el esfuerzo consiste en realizar lo que nos puede dar provecho u obtención del fin con que se ha realizado la acción; para el campo ético esa felicidad es su aspecto material, pero en el año 1724 nace en Königsberg, el ilustre pensador Immanuel Kant que a sus 64 años de vida terminaba de formular una Ética Formal consistente en que la ley moral emana de su propia racionalidad, contraria a la Ética Material.
Para llegar a formular su ética Kant se preguntaba cuáles son las normas o la mejor forma de actuar a lo cual buscará dar una respuesta. En su resolución influye de gran manera el Pietismo, religión en la que fue educado, unos rasgos del pietismo son su racionalidad e interpretación individual de las escrituras y en derivación su salvación individual, tienen estimación por la laboriosidad, algo muy notorio en este filósofo de la racionalidad moderna, puesto en evidencia en la anécdota contada de su estricta rutina de estudio, que hasta la gente ajustaba el tiempo del reloj cuando pasaba Kant, ya que lo hacía siempre a la misma hora. Del pietismo sacara la Autodeterminación y el Cumplimiento de la ley no por interés sino por ley.
Immanuel Kant cree que para llegar a la felicidad deben de existir principios universales, lo cual es imposible en la ética material por ser teórica. Para obtener esos principios universales solo es posible por medio de una ética formal. Está convencido que no hace falta que un principio exterior a nosotros nos dicte las prototipos de acción, como lo dice la ética material. Sabe de igual forma que la Razón es común en todos los humanos, pero a la vez ve que estamos encerrados en una minoría de edad en la cual nos vemos temerosos a atrevernos a pensar por nosotros mismos, a ser libres, a ser adultos. Para ser adultos tenemos que indagar dentro de nuestra razón y seguir las reglas del razonamiento lógico, ella nos dirá Cómo es que debemos actuar.
Kant tiene a su ética por Autónoma que se contrapone a otras éticas que reciben de otros las instrucciones de lo que es correcto hacer, estas son conocidas como éticas heterónomas ya que dependen de una autoridad o un dios externo. El filósofo de Königsberg nos invita a Autodeterminarnos, de esta manera nuestra razón no va a decir que lo que cuenta no es Qué buscamos al actuar sino Cómo debemos actuar y nuestro actuar es apegarnos al Deber. Dicho de otra manera debemos ser racionales y no interesados, pues, cumplimos el deber que nuestra razón nos dicta y no actuamos por interés personal.
La indagación en nuestro razonamiento nos Debe llevar a descubrir los deberes o como él les llama “Imperativos Morales”; Kant dice que en nuestra recta razón hay dos tipos de Imperativos: 1) Imperativos Hipotéticos, ejemplo Si quiero ganar el curso debo estudiar, pero sino quiero ganar no tengo que estudiar. 2) Imperativos Categóricos, ejemplo Debo estudiar incondicionalmente (incondicionado, sintético y necesario) Kant dio dos formulaciones del imperativo categórico: a) actúa de modo que consideres a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de otro, siempre como fin y no como un simple medio. b) actúa de modo que la máxima de tu voluntad valga siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislación universal
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Es evidente que la ética kantiana es autónoma, pues, es cada persona quien se aplica el imperativo categórico, dándose a sí mismo su propia ley y estableciendo su deber independientemente de las causas externas. A pesar de que esta ética pareciera ser estar muy bien estructurada tiene desperfectos que pensadores posteriores radicalizaron y otros intentaron buscarle una salida, entre los más conocidos: Federico Nietzsche (1844-1900) famoso por haber sido el profeta de “la muerte de Dios”, y por la revolución ética que tal muerte encaminaría; muerto Dios desaparecen los valores tradicionales y el hombre crea nuevos valores y se pone en el lugar de Dios. Jean Paul Sartre (1905.1980) dijo que el ser humano es un ser libre, cuya existencia está por hacer, y lo hace actuando con autenticidad, que consiste en asumir la carga inevitable de nuestra libertad, ese es el verdadero imperativo moral; actuar de mala fe es dejar que otros decidan por nosotros, y por consiguiente somos inmorales. Con este perfil subjetivo e individual de la libertad, Sartre dice que puede haber una cierta moral común pues el ser humano debe comprometerse a querer, al mismo tiempo que su libertad la libertad de los otros. Más adelante Jürgen Habermas (1929) como continuador de la ética formal de kantiana propone una “ética comunicativa” que consiste en un consenso universal que básicamente consiste en que la moral, será, las normas aceptadas por la comunidad dialogante.
Ahora bien, analicemos cuales son los pro y los contra de la ética formal de Kant. Algo que hay que loar de Kant es que ha sido el primero en reconocer la Dignidad Humana, pues, reconoce al ser humano como un fin y no como medio; Karol Wojtyla ha hecho una interesante reformulación de este principio a través de la norma personalista que intenta ir más allá y acercarlo al mandamiento del amor. En su obra Amor y responsabilidad Wojtyla pone en evidencia el lado positivo y el negativo de dicho planteamiento. De la misma manera es muy valiosa la invitación que nos hace para atrevernos a pensar por nosotros mismos sin olvidar el reconocimiento del otro como límite de nuestra acción. En cuanto a su ley universal, parece ser poco persuasivo, ya que si nos detenemos a analizarla podemos ver que es capaz de anular nuestra confianza en los demás, un ejemplo para entender mejor: puedo hacer una promesa ahora pero si con el paso del tiempo mi razón me dice que no debo cumplirla, la puedo romper sin ningún inconveniente, ya que estaría actuando moralmente. La racionalidad es algo muy importante en el comportamiento kantiano como lo hemos notado, el problema de esto radica en su Absolutización para Autodeterminarnos, pareciera ser que Kant no le fue tan visible la diversidad de racionalidades. La razón es la soberana que nos indica Cómo actuar convirtiéndose en Deber y debemos actuar necesariamente por respeto a la ley, pero siguiendo este lineamiento el hombre quedaría solo con conocimiento y acción ¿en dónde deja la Voluntad y la Virtud, que son propios del hombre? Son aspectos que ha dejado pasar sin más. A esta ética formal le hace falta el sentido, el fin, el bien que el cumplimiento del actuar nos permite alcanzar. Aristóteles concibe que el fin de la vida humana es la felicidad es decir una vida virtuosa, a esto, Tomás de Aquino agrega que existe una ley moral, natural, universal que nos dice lo que está bien o mal; es una ley objetiva, recibida desde fuera, de Dios y como hemos visto Kant muestra su desacuerdo con esa heteronomía. Racionalmente sabemos que el ser humano actúa por interés, siempre hace algo persiguiendo un fin, pues, no le encuentra sentido Cumplir el Deber si no es para obtener un bien y vivir satisfactoriamente. No es tan razonable ver a la vida humana como medio para cumplir la ley ética dictada por la razón pues de ser así pasaríamos a ser como maquinas programadas que cumplen con las indicaciones con las que están configuradas y eso dejaría al ser humano como una cosa, robándole la dignidad que le corresponde, dignidad que como se ha planteado, Kant apoya.
Buena individuación de ideas y de confrontación histórica con otros autores. Falta más análisis en lo principios citados y ejemplificación.
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